En la década de 1960, una fragancia cambió el mundo: Patchouli. Se podría sentir la libertad, una nueva espiritualidad cercana a la naturaleza y todas las esperanzas de una generación que inventó el futuro. El tiempo es un tributo a este icono olfativo. Pero no debemos pensar en el aroma de esa época y su toque de maleza húmeda. Aquí, sin embargo, tres extractos de un pachulí de la isla de Sulawesi en Indonesia dan ritmo a la composición con sus tonos, a veces boisé y de malla fuerte, a veces terrosa y envolvente. Luz de la hoja morada, el tiempo vibra en la piel con una sorprendente complejidad.