El efluvio sensual de una caminata blanca cruza la costa y se sumerge en el azul mediterráneo. Puro fico extiende el aroma fresco de las hojas de higos combinadas con la dulzura viviente de su interior carnoso en éter. Una brisa jugosa que entra en el mito, oliendo el aliento de la madera y el aroma verde de la naturaleza.