La noche arroja su máscara sobre París. En las calles, los artistas y escritores se vierten para celebrar el juego de amor y seducción. El champán fluye a los ríos en las pirámides de las copas de cristal y las bandas de jazz hacen que las paredes del café sean temble, llenas y festivas. Una vainilla giratoria se muestra a sí misma y está oculta al entrelazarse con el vigoroso vetiver en un baile sensual. No hay instante para perder en momentos como estos, en los que todo es posible. La noche pertenece a aquellos que saben cómo saborearlo por completo.
Una noche seductora en la ciudad de las luces ... para la cena, en el teatro, en un club exclusivo o para un encuentro romántico.