"La gente lo llamaba Colapesce/ porque estaba en el mar como un pez/ de donde vino de nadie sabía/ tal vez él era el Hijo del Dios Neptuno". Así cuenta la antigua canción dedicada a Cola Son of the Sea, Argonauta degli Abissi. Un niño, peces que atrapó tres veces el desafío del emperador Federico II y tres veces inmerso en las aguas más profundas y el ganador descendente, entregando la copa, la corona, el anillo al rey.
Colapesce tenía el número tres en su destino: emerge que una de las tres columnas que sostenían a Sicilia estaba cerca del colapso. Colapesce, hijo de la tierra y el mar, no dudó en salvar su isla y reemplazó la columna. Todavía hoy Colapesce está allí, espíritu del mar, ola, brisa vital, alga, mineral.