Los animales evocan un elemento común a toda la humanidad: nuestra esencia auténtica y nuestros instintos primordiales. El sentimiento eufórico de un baile bajo las luces de la discoteca, de una atracción biológica e ilógica, para dejar que el rastro imparable de las vibraciones.
Las notas de la cabeza fresca de limón y bergamota dejan espacio para las notas cálidas y florales de mimosa y púrpura, antes de culminar con el aroma salvaje de las hojas de gamuza, ambiental y de tabaco.
Un perfume que desglosa la inhibición: el animal es una oda a la multiplicidad del ser, es decir, una historia en la evolución constante.