Vibras de vainilla, una oda a la aventura y la libertad. La fragancia del encanto afrodisíaco de una amazonía futurista que baila con el diablo debajo de un cielo de vainilla en el desierto californiano. Propiedad del ritmo electrónico, ofrece su cuerpo cubierto de plata a los dioses de la felicidad extática. La vainilla natural, protagonista de la composición olfativa, se reinterpreta con un toque único: el encuentro, eléctrico y fatal, con sal marina lo lleva en una dimensión mineral inesperada, lo que lo hace más elegante, más atmosférico, más libre.