Los cielos de los grandes pintores del Renacimiento nunca han dejado de capturar la imaginación del mundo y la curiosidad de los expertos en arte más famosos. Estos cielos evocaron serenidad, una sensación de libertad y una sensación mística. Los cielos azules dominaron los lienzos. Una fragancia que busca una visión vertical entre la tierra y lo divino, entre la tierra y el cielo, entre natural y místico, un crescendo de incienso con una base fresca y libre en otras palabras, azul. Tan azul.