Las sábanas blancas se inflaron del viento y el calor al sol en un prado florido. El lino puro extiende un aroma fresco y refinado de lavandería en el aire. Un día en abril que golpea las ventanas para traer a la mente los olores y los recuerdos atemporales. La pureza de un vestido ligero y brillante que usan las paredes que evocan un delicado tranquilo.