Un viaje ultrasensual, casi erótico en las profundidades de las tentaciones y los recuerdos. Es la búsqueda de la euforia lo que conduce al renacimiento interno. Combinan el licor intoxicante, que nos introduce en la edad adulta de sensaciones apasionadas, y el tentador jarabe de cereza que simboliza el comienzo de un placer inocente. Estas sensaciones están nutridas por el caramelo y un delgado toque de fresa con un aroma profundo de sándalo y vainilla aromática. El deseo se fusiona con la realización y el poder afrutado se completa con acordes expresivos y picantes de Vetiver Woody y el aroma intenso y picante de las habas tonka. La composición madura y causas, y al mismo tiempo envuelve sensualmente nuestro cuerpo cálido y emocionado.