Imagine un lugar tan vasto, tan remoto que puede viajar durante semanas sin conocer un alma viva. Kilómetros infinitos de arena roja ondulada, kilómetros infinitos del cielo. En el calor implacable, un árbol solitario bianco En el horizonte puede parecer una ilusión. Pero el eucalipto es el Oasis, una estación de estacionamiento donde se depositan el polvo rugoso y rugiente en la sombra sagrada de las hojas de plata.
Esta es la inspiración para el eucalipto 20, el perfume inequívoco de la inmensidad, donde la frescura de la eugypty y la madera de cedro se endulzan por el calor de cuero del Labano y se establece en una cama de almizcle e notas de incienso. Y así, con esta fragancia hay una invitación: salir de la red.