Paréntesis perfumado, el aceite de ducha es sorprendente por su sensorialidad. En la ducha y en el baño, se convierte en una emulsión de satén.
Sus notas florales evocan el aroma de un tuberous transportado por la brisa marina y su fórmula, con aceite de semilla de albaricoque, limpieza y olores intensamente la piel. Con un gesto, comienza la seducción.