Una fragancia mágica inspirada en dos símbolos de perfección: el número siete que expresa el equilibrio y la luna que representa el cambio continuo, el renacimiento. Siete son Chackra, los días de creación y siete también son las semanas que se necesitan, después de la concepción, porque el embrión se convierte en un feto. Siete son las nuevas lunas que tienen que gastar antes de dar a luz. Y en el baile de los preciosos ingredientes que conforman este ramo que recompensa la perfección de la naturaleza, el precioso de sus ciclos, el devenir continuo. Los sentidos son secuestrados por el juego de notas de la composición y se guían a descubrir una armonía perdida, con un alma leñosa y floral.